Celebración del Dos de Noviembre.
En la mayoría de las comunidades de la región Montaña de Guerrero, la celebración por el día de muertos inicia en los últimos días de octubre y finaliza los primeros días de noviembre. Los primeros rayos de luz anuncian, del día 28 de octubre, la llegada de los fieles difuntos. Las familias van llegando al lugar cargando ayates y nailas repletas de comida que se prepara especialmente para ese día. Los sahumerios son encendidos para elevarlos y ofrendar velas y flores, algunas personas hablan de que el copal y la luz de las velas es el verdadero alimento de los difuntos. Sin embargo, la gente tiene acostumbrado recibirlos con alimentos; frijoles y mole rojo de guajolote o de res con tortillas de maíz se vierten en la tierra para darles de comer, también se derrama el refresco, el alcohol o el agua pizarra (bebida de caña fermentada). Al pie del camino se marca una línea, donde entre el humo del copal se difumina la división entre la vida y la muerte. La alegría del pueblo es grande, sus familiares ya se encuentran nuevamente entre ellos y los reciben como les enseñaron que se hacía.